Tāḍāsana: Tāda (montaña) + āsana (postura)
Tadasana también conocida como la postura de la montaña, es una postura de yoga de pie que sirve como base para muchas otras posturas de yoga.
Es una asana de apariencia sencilla pero poderosa que ayudará a mejorar tu postura, tu equilibrio y la concentración.
Para practicar tadasana, colócate de pie con los pies juntos y los brazos a los lados. Busca la verticalidad de manera que sientas tu peso distribuido uniformemente en los pies.
Alarga la columna vertebral y abre el pecho, permitiendo que los hombros se relajen hacia atrás. Centra tu atención en la respiración y enfócate en el momento presente.
Tadasana se puede modificar para adaptarse a tus necesidades y habilidades. Si tienes dificultad para mantener los pies juntos o te cuesta un poco mantener el equilibrio, puedes probar a separar ligeramente los pies y colocarlos a la anchura de las caderas o puedes colocarte cerca de una pared o usar una silla para apoyarte.
Tadasana es una postura fundamental en muchas secuencias de yoga. De hecho podrás encontrar las acciones de Tadasana en muchas otras posturas.
A menudo se utiliza como una postura de transición entre otras posturas, ya que proporciona una base sólida y estable desde la cual puedes moverte.
Además, tadasana es una excelente postura para centrar la atención y la respiración, y para ajustar la postura y el alineamiento del cuerpo. Por lo tanto, a menudo se utiliza al principio de una secuencia de yoga para establecer una base y preparar el cuerpo y la mente para las posturas que vendrán después.
Tadasana también puede ser utilizada como una postura de enfoque y meditación por sí sola, y puede ser integrada en cualquier secuencia de yoga para proporcionar un momento de calma y reflexión. Algunos profesores de yoga incluyen tadasana en el final de una secuencia como una forma de cerrar y sellar la práctica.
Tadasana es una postura en la que trabajamos una buena alineación vertical desde el estudio y observación de nuestras piernas y su relación con la pelvis y la columna.
Con el trabajo de las piernas, constante y moderado, fortalecemos y tonificamos la musculatura las piernas que dan sujeción a rodillas y tobillos.
Además, con períodos prolongados de práctica en esta postura, el tono de los músculos de las piernas ayudará a practicar todas las demás posturas de pie con más facilidad.
En la postura de la montaña el diafragma se coloca en una posición neutra y la respiración es natural. La espalda se alarga y el cuello permanece alineado proporcionando la estabilidad para sentir la conciencia de la respiración.
La búsqueda de la verticalidad y del equilibrio de la postura permite un ajuste de toda la estructura externa con lo que huesos y musculatura permanecen en equilibrio natural.
Además de sus beneficios físicos, tadasana también puede tener un efecto calmante y centrador en la mente. Es una buena postura para practicar cuando te sientes estresado o ansioso, ya que puede ayudar a volver al momento presente y a anclarte en tu cuerpo.