Hoy la secuencia está enfocada en un trabajo profundo de Psoas e ilíaco.
El interesantísimo músculo Psoas comienza en la última vertebra dorsal, se adhiere a las vértebras lumbares y continúa su descenso por delante del hueso ilíaco hasta llegar a la tuberosidad del trocanter mayor en la cadera.
Este largo camino, junto a su combinación con el músculo ilíaco, hacen de esta sinergia una de las más importantes a tener en consideración en nuestra práctica de Yoga.
Posturas de pie, extensiones hacia delante y atrás e incluso posturas invertidas, necesitan un buen trabajo en flexibilidad y potencia de estos músculos.
Comenzamos estirándolo en dos Asanas y vamos de menos a más dependiendo del punto en el que pongamos la rodilla con respecto a la pared. A mayor separación, menor dificultad.
Así, podemos trabajar nosotros y nuestros alumnos dentro de una comodidad eficaz que, con constancia, permitirá que todas las fibras cedan poco a poco.
Una vez con el Psoas trabajado seguimos con la musculatura accesoria de la cadera y después las piernas.
Como de costumbre, proponemos un trabajo con sentido en el que el trabajo previo de una región da paso a que las siguientes acciones se den con mayor facilidad.
Ardha Matsyendrasana tendrá hoy un sabor especial y es que, con la libertad que le otorgamos a la musculatura de la pelvis en la secuencia de hoy, las torsiones se darán de una manera muy libre, muy natural y con la posibilidad de un giro mayor.
⭐️ Trata de que tus alumnos vayan poco a poco al principio de la clase. Queremos que las fibras del Psoas-ilíaco se vayan aflojando y soltando poco a poco, con cada respiración, para que el trabajo sea muy profundo.
¡Feliz práctica!