En ocasiones una buena secuencia de Yoga no requiere de muchas posturas.
Las posturas justas, colocadas de una manera que tenga sentido, con la motivación desde el OM, es suficiente.
Esta es una de esas secuencias.
En esta clase comenzamos movilizando, estirando y trabajando las caderas. Movimientos que, unidos al estiramiento de los costados, nos otorgan una libertad que se traduce en una potente energía ascendente.
Al entrar en Parsvottanasana trabajamos las piernas con decisión.
Interesante ver cómo, haciéndola como segunda postura de la sesión, abre el camino para el trabajo posterior.
La liberación de las caderas y el estiramiento de las piernas permite que giremos y, al hacerlo desde esa libertad, la energía previa recorre nuestro pecho.
Y ahí estamos, en Ardha Matsyendrasana, con la respiración, calmada en la torsión, que impregna la práctica de una calma energética muy potente.
Entrar en Utthita Trikonasana será una progresión natural: los elementos previos, se conjugan en esta maravillosa postura que, con un rostro en calma, nos llevan hacia el interior notando el intenso sabor del Yoga.
La vuelta a la calma no puede más que recoger esa energía y aún elevarla más si cabe.
Uttanasana, Svastikasana, Savasana. No necesitamos más palabras que decir.
En las secuencias de estas características, nos adentramos en un trabajo sencillo pero sutil que podemos utilizar para encontrar el camino entre el esfuerzo de las Asanas y el no esfuerzo del que nos habla Patanjali en los Yoga Sutras.
⭐️ Trata de que tus alumnos integren el trabajo potente de piernas y caderas como el acceso a una calma dinámica en las tres posturas finales.
¡Disfruta de la práctica!
